viernes, 1 de marzo de 2013

David Copperfield - Dickens

Todavía la veo, tímida, ordenada, tranquila; y oigo su dulce y hermosa voz mientras escribo estas palabras. Y empiezo a sentir una influencia beneficiosa que más tarde ejercería sobre mí. Estoy enamorado de la pequeña Emily, no de Agnes (lo que siento por ella es algo muy diferente) pero tengo la sensación de que la bondad, la paz y la verdad están dondequiera que ella se encuentre; y de que la suave luz de aquellas vidrieras que admiré en una iglesia hace tanto tiempo se derrama siempre sobre ella, y sobre mí cuando estoy a su lado, así como en todo lo que la rodea.

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