domingo, 18 de noviembre de 2012

Catedral - Carver

"Su trabajo era indispensable, era pastelero. Se alegraba de no ser florista. Era preferible alimentar a gente. El olor era mucho mejor que el de las flores.
- Huelan esto - dijo el pastelero, partiendo una hogaza de pan negro-. Es un pan pesado, pero sabroso.
Lo olieron y luego él se lo dio a probar. Tenía sabor a miel y a grano grueso. Le escucharon. Comieron lo que pudieron. Se comieron todo el pan negro. Parecía de día a la luz de los tubos fluorescentes. Hablaron hasta que el amanecer arrojó una luz pálida por las altas ventanas, y ni se les ocurría marcharse."

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" No quería tocar a Donna. El abrazo que nos dimos aquella noche en la cocina, los besos en el Off-Broadway, todo eso había terminado.
- ¿Qué vas a hacer? - le pregunté.
Pero no me importaba. Si en aquel momento se hubiese muerto de un ataque al corazón, no me habría causado impresión alguna.
- A lo mejor me voy a Portñand - dijo-. Debe haber algo allí [...]".


[Cada vez me vicio más a estos relatos]

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