miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amor se escribe sin hache - J. Poncela

"Zambombo leyó estas condiciones y las encontró aceptables; únicamente, en su afán de machacar a Arencibia, pidió que los disparos, en lugar de ser diez, fuesen ochenta y seis: a cuarenta y tres por barba. La proposición fue rechazada por unanimidad.


Arencibia aceptó también las condiciones, excepción hecha de la número cinco, que fijaba la hora del duelo.


-Yo no me levanto a las siete de la mañana ni para asistir a la resurrección de la carne -dijo lacónicamente.


Se convino entonces que el duelo se verificaría a las seis de la tarde, y como el despoblado del "Chatarra" (Carabanchel) estaría a esas horas pobladísimo, diéronse a pensar en un sitio solitario para la celebración del encuentro. Se propuso la sala del teatro Infanta Beatriz la hora de la función, pero por fin se eligió el kilómetro 8 de la carretera a las Islas Baleares."

"-Lo serán -corroboró Arencibia-, lo serán. Hoy usted tiene ilusiones y cree que sin ellas no podría vivir. Mañana verá claramente que la ilusión no es más que un error poetizado y prescindirá de ella para seguir viviendo. Con el amor le sucederá lo propio. No hay más que un amor: el del padre al hijo. El amor entre hombres y mujeres no es sino un conglomerado de pequeños resortes: el roce de las epidermis, la vanidad mutua, el trato social, la lucha por la vida, la costumbre de verse a diario y un poco de tesón y otro poco de necesidad de hablar con alguien en la cama y en la mesa. El amor es tan necio que debiendo andar por el mundo desnudo se afana por vestirse de púrpura. La atracción de los sexos por orden de la Especie es una verdad; el amor, como sentimiento puro y noble, es una inmensa y desoladora mentira. Yo se lo afirmo."


"-Estoy agotando mi existencia en el tedio; y la furia por divertirme toma aspecto de locura. No encuentro nada que me interese. Acaso el amor... Pero el amor es igual que el catarro.


-¿Igual que el catarro? -dijo Mignonne aceptando el anzuelo-.


¿Por qué?


-Porque, como el catarro, empieza por una congestión y acaba obligándonos a limpiarnos los ojos con el pañuelo.


-Eso es bonito... -suspiró la niña de senos pequeños y agresivos, igual que granadas de mano."

Y como colofón de la sublimidad:
"-¿Qué haces? -no pudo por menos de interrogar Mignonne.


--Miro las estrellas.


--¡Pero si estás mirando mis ojos!


--Es verdad. Perdona. Me había confundido (1).


Por toda respuesta Mignonne se apretujó contra Zambombo y preguntó señalando las estrellas:


--¿Dónde está el "carro"?


--En la cochera.


--¿Es verdad que hay una estrella que se llama Calipso?


--No hagas caso de calumnias.


--¿Crees en la pluralidad de los mundos habitados?


--Mientras las pulgas den saltos tan grandes, ¿por qué no? Las pulgas emigran de planeta a planeta.


--¿Has oído hablar de la Aurora Boreal?


--No leo a ninguna poetisa venezolana.


--¿Qué es la Astronomía?


--Una de esas barbaridades que engordan, como la antropofagia y el pan de gluten.


A cada nueva respuesta, el gesto de Mignonne con respecto a Zambombo era más sumiso, más admirativo, más entusiasta, más inductivo, más apasionado.


Zambombo lo notó. "Un toque más y me echa los brazos al cuello subyugada", se dijo.


Y calculó que el toque estaba en dar un doble salto mortal, aquel doble salto mortal que nunca había intentado hasta el día que lo ejecutó para rendir la complicada fortaleza de Sylvia Brums.


Se recogió en sí mismo, hizo un poderoso esfuerzo muscular y se lanzó al espacio.


Y su cuerpo, largo y flexible, desapareció por la abierta ventanilla donde, momentos antes, había estado apoyada Mignonne."




Después de estas referencias al amor, yo considero que es el periodo comprendido entre dos conjunciones adversativas. Como enunciaría Poncela:
AMOR = (P1) [conj adv.] (P2) [conj adv.] (p3) [conj adv.] ---> muerte.

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