viernes, 24 de febrero de 2012

El Gran Larra

IX, exámenes que me quedan :), lo pongo en números romanos para ir entrando en materia.

Según parece Mariano José de Larra fue un hombre cargado de frustraciones. Desde muy joven se presenta como un niño reflexivo, dado a la introspección, disolvente, solitario. Parece que Larra fue un hombre sin amigos, o con pocos amigos. Para quien lee toda su obra y ojea su correspondencia someramente tratando de buscar al hombre, se encuentra con un tipo empeñado en preparar durante toda su vida la pistola que le iba a levantar la tapa de los sesos.
Su primera y su última frustración fueron amorosas. Resulta curioso encontrar en un talento literario de tal magnitud un comportamiento sentimental tan bisoño, una inestabilidad emocional tan desmedida. Todo esto le cargó de frustraciones. Pero no sólo fueron amorosas. La lista es copiosa. Larra es el hombre que intentó mil cosas y sólo acertó en una. “En cada artículo entierro una esperanza o una ilusión”, nos dice en uno de ellos. Sólo en esto acertó.
A los 20 años se casa con Josefina Wetoret, una joven de la burguesía madrileña, una joven sin sustancia, superficial, aniñada y ridícula, una mujer que poco o nada iba a aportar en la vida de un hombre con inquietudes literarias que todavía entonces no tenía asegurada su situación económica. Sin duda éste fue el gran error sentimental de Larra.
El gran amor de su vida se llamaba Dolores Armijo. Su creciente desaliento e inconformidad ante el curso de la sociedad y la política españolas junto con el dolor que le produjo su separación definitiva de Dolores Armijo (Larra la había visitado en Ávila en febrero de 1836, sin conseguir ningún resultado positivo) quedaron reflejados en sus últimos artículos. Quizá el más notable es El día de difuntos de 1836, publicado en El Español, en el que detrás de su habitual ironía aparecía un hondo pesimismo.
Ya anochecido el 13 de febrero de 1837 Dolores Armijo, acompañada de su cuñada, le visita en su casa del tercer piso de la calle Santa Clara nº 3, comunicándole que no había ninguna posibilidad de acuerdo. Apenas habían salido las dos mujeres de la casa, se suicidó de un pistoletazo en la sien derecha. Tenía veintisiete años.

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