domingo, 5 de febrero de 2012

La casa de los espíritus

Hasta en sus sueños estaba consciente de que la mujer que reposaba a su lado no estaba allí, sino en una dimensión desconocida a la que él jamás podría llegar. A veces perdía la paciencia y sacudía furioso a Clara, le gritaba los peores reclamos y terminaba llorando en su regazo y pidiendo perdón por su brutalidad. Clara comprendía, pero no podía remediarlo. El amor desmedido de Esteban Trueba por Clara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario