martes, 28 de febrero de 2012

1984 - Orwell

"Se había pintado la cara. Debía de haber comprado el maquillaje en alguna tienda de los barrios proletarios. Tenía los labios de un rojo intenso, las mejillas rosadas y la nariz con polvos. Incluso se había dado un toquecito debajo de los ojos para hacer resaltar su brillantez. No se había pintado muy bien, pero Winston entendía poco de esto. Nunca había visto ni se había atrevido a imaginar a una mujer del partido con cosméticos en la cara. Era sorprendente el cambio tan favorable que había experimentado el rostro de Julia. Con unos cuantos toques de color no sólo estaba más bonita, sino, lo que era más importante, infinitamente más femenina. [...]
- ¿Y sabes qué voy a hacer ahora? Voy a buscarme en donde sea un verdadero vestido de mujer y me lo pondré en vez de estos asquerosos pantalones. ¡Llevaré medias de seda y zapatos de tacón altos! Estoy dispuesta a ser en esta habitación una mujer y no una camarada del Partido."



"- ¿Te acuerdas - le dijo a Julia - de aquel pájaro que cantó para nosotros, el primer día en que estuvimos juntos en el lindero del bosque?
- No cantaba para nosotros - respondió ella -. Cantaba para distraerse, porque le gustaba. Tampoco; sencillamente, estaba cantando. "


[ He recuperado los fragmentos que subrayé al leerlo, como prometí.

VII, divididos en tres días, y luego, a escribir de nuevo, si mi mente me lo permite. ]

1 comentario: